jueves, 9 de abril de 2009

Out of the office Autoreply

I will be out of the office until May 4th. For any urgent matters please contact Nelly Clotilde Cantaritti (nellyc@ar.dobson.com) or Mariano Gonzalez (marianog@ar.dobson.com). Please note that your email will not be automatically forwarded.

Estaré afuera de la oficina hasta el 4 de Mayo. Por temas urgentes por favor contactar a Nelly Clotilde Cantaritti (nellyc@ar.dobson.com) o Mariano González (marianog@ar.dobson.com). Su mensaje no será reenviado automáticamente.

lunes, 6 de abril de 2009

Fútbol y Oficina (I)

El fútbol y la política son los terrenos opinables preferidos por los argentinos. Pero debido a las heridas abiertas en la historia nacional reciente, y a la desgraciada difamación de la actividad política mediante el desarme ideológico perpetrado durante la dictadura y perfeccionado en la década de los 90’s, hay mucha gente que prefiere no profundizar en ese tipo de discusiones y dirige su atención al deporte favorito rioplatense, que se ha ganado el titular de los lunes de manera indiscutida.


Los arquetipos


La oficina suele ser un ambiente embebido de fútbol. Siempre hay alguien que entiende, que está informado y que cuenta con capacidad crítica y analítica, sin detenerse solamente en la típica cargada al que le tocó perder el fin de semana anterior (antes decíamos “Domingo”, ahora no se sabe cuándo puede jugar el equipo del cual uno es hincha).
También están los opinólogos, a los que no les alcanza con decir estupideces sin el menor respaldo argumental, sino que además suelen jactarse de sus conocimientos porque wikipediaron alguna estadística inútil y hasta se mofan de aquél que sin pudor reconoce que no sabe nada y/o no le interesa el fútbol, actitud reprochable para cualquier habitante de estos pagos. No los soporto. Prefiero mil veces hablar con ese que no sabe nada y explicarle o enseñarle algo, si está interesado, antes que intercambiar cualquier palabra futbolera con el insoportable y leve sabelotodo que no sabe nada. Así es Gonzalo, que se la pasa gastando a los riverplatenses subido al victorioso e incansable bucéfalo boquense pero no sabe con quién jugó su equipo el día anterior, ni quién es su arquero.
Las chicas, por esa cuestión machista que todavía persiste en el mundo balompié, están exentas de cualquier obligación. Pero cada vez hay más casos de compañeras de oficina que no sólo están muy bien informadas, sino también van a la cancha a ver a su equipo, lo siguen a todas partes donde va y cada vez lo quieren más, independientemente de las preferencias de su compañero, padre o tutor. Las aprecio por default, sean del cuadro que sean.


Las cargadas


Las jodas de oficina relativas al fútbol abarcan un amplio espectro de crueldad. Hoy, con el auge de Internet, es más difícil perpetrar algunas de ellas, pero otras siguen en pie y la inventiva criolla siempe está al servicio del goce por el dolor futbolístico ajeno. Otrora era común hacer creer al pobre diablo cuyo equipo jugaba en horario laboral que había ganado por goleada cuando se estaba comiendo el baile del siglo, y viceversa. Ahora las jodas son ex - post. Cuando descendimos, Mario repartió cintas negras que mis compañeros lucieron durante todo el día en señal de duelo. Cuando ellos se comieron siete goles de local, le dejé en la pared lindante a su escritorio el poster a todo color de la película Pecados Capitales protagonizada por Brad Pitt, le compré la misma cantidad de caramelos para endulzar un poco su mañana, le mandé siete emails consecutivos con el asunto “1”; “2”; “3”, etc. , y en cada uno de ellos la foto del autor de cada anotación, y durante todo el día lo llamé siete veces gritando “¡¡¡goooooool!!!” hasta completar el resultado final.


El fútbol en la oficina argentina está siempre presente. El crecimiento de la industria y sus ramificaciones sumaron nuevos elementos que fortalecieron su omnipresencia y nos moldean , como al resto de los compatriotas, ese costado de la personalidad colectiva y nacional en el que creemos que somos todos técnicos.

miércoles, 1 de abril de 2009

Vía Crucis

En la boca de entrada siempre se arma un embotellamiento de carne humana, ya sea por algún octogenario allá adelante, o por la gente comprando algo al vendedor que se para justo al pie de la escalera. Cuando llueve se hace más insoportable todavía. Todos son lentos, y yo me mojo. Tengo la tarjeta monedero sobrecargada porque la cola en las boleterías rompe sus propios récords cada semana. ¿Dos molinetes rotos? ¿Cola para pasarlos? Pero claro, ¿de qué me sorprendo? El gentío es infernal, nadie sabe dónde tiene que pararse y se escuchan discusiones simultáneas por estupideces. Ese señor grita demasiado para esta hora de la mañana.

El diario. A caballo regalado no se le miran los dientes, aunque no puedo evitar pensar que este tiene colmillos. A ver qué dice. Nada. Como siempre.

“Línea B, con demora”. Encima los muy hijos de puta ponen el cartel con menos onda del mundo, te dan una noticia bien malhumorante y te lo dicen así. Los parlantes no sirven, seguramente están anunciando la demora pero lo único que se escucha es algo audible como el ruido blanco.

Qué bueno es viajar sentado a pesar de la demora, no sé si podría soportar la tortura de hacerlo ensardinado y corriendo el riesgo de ser víctima de algún punguista como le pasó a ese tipo ayer antes de bajarse en Malabia. Se dio cuenta tarde, empezó a gritar pero las puertas se habían cerrado con el caco y su billetera del lado de afuera… No, no, no, hay otros lugares, no se sienten acá…Mierda. ¿Tenían que sentarse al lado mío estas dos cogotudas? Ya las tengo vistas, se la pasan chusmeando y hablando una encima de la otra, no se escuchan, el objetivo no es dialogar, es escupir palabras. Sus maridos no deben darles ni cinco de pelota. El vendedor de objetos inútiles aprovecha las dos primeras estaciones para laburar, antes de que la horda proveniente de las decenas de transportes alternativos que convergen en Chacarita invada todos los vagones en una especie de reproducción adulta de la entrada de un recital de los Redondos. “¡En dos peso, nada máaaaaa…Para saborear en el viaje o llevar de regalo…” Se baja antes de ser parte de la marea humana sin vender un solo paquete de caramelos.

El sonido enlatado del ipod de la morocha me molesta, más que nada porque no logro adivinar qué está escuchando. Imagino que debe ser salsa o algún ritmo latino.

Qué reviente, carajo. Debe haber doce personas por metro cuadrado acá adentro…Me pisaron…¡mirá cómo me quedó el zapato! ¿Qué hace este con borceguíes en esta época del año?

Hay que estar muy enamorado o muy caliente para besarse así a esta hora en este lugar, también hay que tener cierta despreocupación por el exhibicionismo…son jóvenes, Señora, no los escrute tan prejuiciosa-envidiosamente. A esa rubia se le va a escapar una teta en cualquier momento. Ojalá. Ángel Gallardo. Hoy llego tarde y no me importa, no tengo nada que hacer a la mañana temprano más que los controles de siempre y leer Olé, creo que el domingo vamos sin cambios pero quiero ver qué dicen de la renuncia de Riquelme a la Selección. ¿Y ese olor? Mmmm...¿de quién es? El gordo. Seguro que es él, ahí se ve cómo se forma la mancha de transpiración en la axila. No lo culpo, la temperatura acá abajo supera por lo menos en diez grados a la exterior y encima el tipo debe haber corrido para alcanzar el subte. La puta madre, una embarazada. Le voy a dar el asiento, como siempre: hombre de más de 18 años y menos de 60, firme candidato a pararse. “Señora, siéntese” Bien por el pibe con pinta de cadete. Me ganó de mano, me vuelvo a sentar. Pasteur. Falta menos y la gente empieza a bajarse, más aire. Ya se escucha que en el otro vagón está la señora ciega que pide con un volumen de voz envidiable para cualquier orador, el problema es que cuando pase por al lado mío me va a aturdir. Igual le voy a dar un par de monedas, ese “¡clinck!” cuando caen en su jarrita de aluminio tiene un no-sé-qué que obra como purificador de conciencia. Carlos Pellegrini. Se baja la rubia y la teta no se le escapó. El gordo se baja atrás, en Florida ya voy a poder respirar usando mis narinas de nuevo. Lotería Solidaria, debería jugar alguna vez para buscar la posibilidad de sentir la satisfacción doble de ganar guita ayudando a los que más lo necesitan. Bueno, no sé si los que más, pero lo necesitan. Qué altruista me levanté hoy. Se baja la parejita, me preparo para abandonar este viaje endemoniado. Hoy me voy a comprar un yogur bebible en el kiosco de Bouchard y me lo tomo en el camino a la oficina.

Leando N. Alem. Nicéforo, para los amigos. Terminó el Vía Crucis, al menos por hoy.