Hoy estoy más aburrido que ayer, pero menos que mañana. Para que el segundero de mi reloj pulsera no me taladre más el cerebro, decidí concentrarme en una activdad recreativa, creativa y esperanzadora. Me armé una agenda de actividades que llevaría cabo de no tener que aburrirme diariamente en la oficina. Además, esta agenda me vendría muy bien en el supuesto caso de un despido inesperado. Uno de los peores escenarios frente a un despido es no saber qué cuernos hacer con tanto tiempo disponible, por eso es recomendable estar bien preparado.
Cuando terminé mi agenda, el entusiasmo fue tan grande que estuve a punto de ir a la oficina del gerente a presentar mi renuncia indeclinable.
Me frenó Adela, la recepcionista, para darme un fax. El mismo consistía en un requerimiento urgente de la Comisión Nacional de Valores, para el cual YO debía pedir a la empresa que contratamos para el archivo y guardado de documentación vieja que nos mande por lo menos unas nueve cajas, y luego YO tendría que ponerme a buscar fina y delicadamente veintiséis comprobantes de no importa qué mierda para volver a presentárselos a los perros burócratas de la CNV (porque eran comprobantes de una presentación en dicho organismo, justamente).
Como si un viento huracanado de aire caliente me hubiera pegado de frente y en la frente, volví abrumado a mi escritorio abandonando toda intención de patear el tablero renunciando indeclinablemente con bajada de pantalón y muestra de cachas al gerente incluídos, para emprender mi proyecto ad hoc digno de ser envidiado por gente con laburos horribles como los científicos de la NASA o los cronistas de la noche ibicenca.
Pero no. No me voy a dejar vencer tan fácilmente. Si tengo la astronómica voluntad de soportar este trabajo insportablemente soporífero, no puedo dejarme vencer por un fax. A veces es razonable llegar a un punto medio, una solución de compromiso.
No voy a renunciar a mi tedio laboral, pero a cambio rearmé mi agenda de desocupado para levantar la frente y el ánimo y soñar con el día en que pueda llevarla a cabo.
De las nueve horas que trabajo acá, seis de ellas y diecisiete minutos (en promedio, según mis cálculos tayloristas) son robados a mi vida por el mundo corporativo sin que nadie saque rédito alguno, sencillamente porque durante ese lapso temporal me rasco el guindado a diestra y siniestra. Si yo pudiera, si yo lograra, si yo conquistara esas horas para mi, viniendo sólo 3 horas por día a aburrirme acá (redondeo a favor de ellos porque soy un tipo razonable), dispondría de unas ciento veintiséis (126) horas mensuales para el cultivo de mi espíritu y de mi cuerpo, ya que son seis horas libres por veintiún días mensuales, poco más, poco menos y contando los feriados. De esta manera, mi vida contaría con el siguiente plus de actividades mensuales:
- ocho horas más de sexo (incluyendo momentos autoeróticos)
- cuarenta y dos horas para actividad física (gym/correr + tenis/fútbol)
- doce horas más de lectura
- dieciséis horas más de cine y tv
- ocho horas más para hacer asados
- seis horas más para visitar a algún miembro de mi familia
- once horas más para ver a mis amigos
- cinco horas más para el cuidado de mis plantas
- dieciocho horas más para dormir la siesta.
Es cierto que algunas de estas actividades podrían combinarse, por ejemplo,invitando a amigos o familiares a comer mis asados, jugando con ellos al fútbol o al tenis o incluso yendo al cine. En ese caso, las horas sobrantes serían proporcionalmente redistribuídas entre el resto de los ítems enumerados...y la vida sería definitivamente bella.
********************************************************
Releo la lista y dudo seriamente si hacerla fue una buena idea. Ver tan claramente todo lo que me estoy perdiendo por venir a aburrirme acá me deprime un poquito…más.
Cuando terminé mi agenda, el entusiasmo fue tan grande que estuve a punto de ir a la oficina del gerente a presentar mi renuncia indeclinable.
Me frenó Adela, la recepcionista, para darme un fax. El mismo consistía en un requerimiento urgente de la Comisión Nacional de Valores, para el cual YO debía pedir a la empresa que contratamos para el archivo y guardado de documentación vieja que nos mande por lo menos unas nueve cajas, y luego YO tendría que ponerme a buscar fina y delicadamente veintiséis comprobantes de no importa qué mierda para volver a presentárselos a los perros burócratas de la CNV (porque eran comprobantes de una presentación en dicho organismo, justamente).
Como si un viento huracanado de aire caliente me hubiera pegado de frente y en la frente, volví abrumado a mi escritorio abandonando toda intención de patear el tablero renunciando indeclinablemente con bajada de pantalón y muestra de cachas al gerente incluídos, para emprender mi proyecto ad hoc digno de ser envidiado por gente con laburos horribles como los científicos de la NASA o los cronistas de la noche ibicenca.
Pero no. No me voy a dejar vencer tan fácilmente. Si tengo la astronómica voluntad de soportar este trabajo insportablemente soporífero, no puedo dejarme vencer por un fax. A veces es razonable llegar a un punto medio, una solución de compromiso.
No voy a renunciar a mi tedio laboral, pero a cambio rearmé mi agenda de desocupado para levantar la frente y el ánimo y soñar con el día en que pueda llevarla a cabo.
De las nueve horas que trabajo acá, seis de ellas y diecisiete minutos (en promedio, según mis cálculos tayloristas) son robados a mi vida por el mundo corporativo sin que nadie saque rédito alguno, sencillamente porque durante ese lapso temporal me rasco el guindado a diestra y siniestra. Si yo pudiera, si yo lograra, si yo conquistara esas horas para mi, viniendo sólo 3 horas por día a aburrirme acá (redondeo a favor de ellos porque soy un tipo razonable), dispondría de unas ciento veintiséis (126) horas mensuales para el cultivo de mi espíritu y de mi cuerpo, ya que son seis horas libres por veintiún días mensuales, poco más, poco menos y contando los feriados. De esta manera, mi vida contaría con el siguiente plus de actividades mensuales:
- ocho horas más de sexo (incluyendo momentos autoeróticos)
- cuarenta y dos horas para actividad física (gym/correr + tenis/fútbol)
- doce horas más de lectura
- dieciséis horas más de cine y tv
- ocho horas más para hacer asados
- seis horas más para visitar a algún miembro de mi familia
- once horas más para ver a mis amigos
- cinco horas más para el cuidado de mis plantas
- dieciocho horas más para dormir la siesta.
Es cierto que algunas de estas actividades podrían combinarse, por ejemplo,invitando a amigos o familiares a comer mis asados, jugando con ellos al fútbol o al tenis o incluso yendo al cine. En ese caso, las horas sobrantes serían proporcionalmente redistribuídas entre el resto de los ítems enumerados...y la vida sería definitivamente bella.
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Releo la lista y dudo seriamente si hacerla fue una buena idea. Ver tan claramente todo lo que me estoy perdiendo por venir a aburrirme acá me deprime un poquito…más.
Brillante, sencillamente brillante. Además al leerte es como si te escuchara. Me mata la frase "me rasco el guindado a diestra y siniestra" jajajajj!!! Muy bueno el cálculo de las horas!... creo que si me lo pongo a hacer en mi caso, pateo el tablero!!! jeejejej
ResponderEliminarabrazo!!
Gus
Hola Gus, gracias por tus apreciaciones y por sumarme a tus blogs amigos.
ResponderEliminarCreo que si todos hicéramos esa cuenta y pateáramos el tablero, podríamos establecer un nuevo orden mundial. Así de gorda sería la cosa!!!
También podés combinar el sexo con alguna prima o un amigo (o ambos), mientras mirás tele y se prepara el asado en la casa de tu tío...
ResponderEliminarExcelente tu catarsis!
saludos...
Hola Colega!!
ResponderEliminarGracias por tu mensaje, me hiciste pensar en regar las plantas mientras me autoerotizo con una molleja arriba de "El Aleph" de Borges...
por qué no?
cuando te referis a las 8 horas de sexo estas hablando de sexo tantrico? o del viagra brasilero de 36 horas?
ResponderEliminarJajajaja!!! Podría ser sexo tántrico una de las actividades a sumar a la agenda, no?
ResponderEliminarTEndría que invertir las 8 horas mensuales en un solo encuentro
alguna vez me plantie eso... mas presisamente cuando termine de cursar la facu... y no.. de todo lo que dije que iba a hacer con el tiempo que no tenia de cursado, no hice ni el 10%...
ResponderEliminarahora agremiado dentro de oficinistas SA ya la tengo clara en ponerme en standby y todo me chupa un huevo
AWESOME!!!
ResponderEliminarMe reí, disfruté de una redacción impecable y entretenida como hacía rato no leía y como casi todos, tambien me sentí identificada.
Celebro tu idea y la comparto!
Ojalá muchos momentos aburridos como estos te inspiren para seguir
deleitándonos!
Tus colegas oficinistas y aburridos te lo vamos a agradecer.
Me siento inmensamente identificada! excelente blog!, ademas de contadora, oficinista aburrida, soy hincha de huracan, mas desgracias en mi vida no puede haber jajajajajaja!
ResponderEliminarSaludos!
Hola Ce Quemera, es un gustazo tenerte en el blog, y no te preocupes que el Globo ya nos va a regalar muchas alegrías!!!
ResponderEliminarCariños
Your blog keeps getting better and better! Your older articles are not as good as newer ones you have a lot more creativity and originality now keep it up!
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