Defiendo a capa y espada el concepto de que cada acción humana conforma un acto político. Considero esta afirmación como una verdad con status científico aplicable aun a los ciudadanos comunes en su interacción con el medio y el resto de los individuos. Hasta con su propio cuerpo. No hace falta formar parte del Estado ni actuar dirigidos concientemente por la ideología; sostengo irreductiblemente (y no soy el primero ni el último) que cada mínima cosita que hacemos es una mínima cosita política.
Y la oficina, le pese a quien le pese, es un escenario plagado de chicos, medianos y grandes actos políticos. Desde las decisiones que se toman en el directorio de Clarín, hasta las políticas de salud que se deciden en un Ministerio, pasando por la política de dividendos que se lleve a cabo desde un holding extranjero, o las charlas matinales sobre la "inseguridad", "el uso de las reservas" o la imagen de un candidato. Todos son actos políticos, y ya es hora de que empecemos a tomar conciencia, no sólo de que esto es así, sino también de que dichos actos condicionan en mayor o menor medida nuestras pequeñas vidas.
Y tomar conciencia tiene que llevarnos, indefectiblemente, a involucrarnos. Si no lo hacemos, estamos eternamente condenados a ser presa de los caprichos de los Grandes (grupos de poder, aparatos políticos, instituciones policiales del Estado y privadas, etc.). Simplemente por eso, por no ser escalvos concientes de Otros y de nuestra propia abulia. Para poder ser un poco más libres.
Pero más allá de las conceptualizaciones del tema, que son infinitas, me gustaría detenerme en los dos grandes grupos de personas que encontramos en nuestras jaulas laborales: los que se consideran "politizados", y los que se consideran "apolíticos".
Llama la atención que estos últimos suelen autodefinirse como tales y, en general, lo hacen orgullosos y atajándose para que no les pregunten nada, o para dar un marco "aséptico" (porque la política es infecciosa) a alguna opinión -generalmente sin fundamentos- relacionada con la actualidad. Me molestan. Me molesta antes que nada su ignorancia. Su falta de conciencia de lo mencionado en el primer párrafo, pero sobre todas las cosas, su estrechez para incorporar nuevos conceptos, para cambiar de opinión, para abrirse a la idea de que aunque se definan de esa manera, ellos no son apolíticos. Por más que quieran, no pueden. Decir que son apolíticos ya es un acto político, si no les gusta ningún político, o partido, o no se identifican con ninguna ideología o dogma, ya están llevando a cabo un acto político. Decir que son apolíticos es lo mismo que decir que son "aseresvivos". Si lo dicen para evitar polémicas, ese acto de cobradía (o desinterés) también es un acto político. Y por último, si lo dicen porque es lo que heredaron de la puta dictadura militar, crezcan de una buena vez, ¡independícense, carajo! Entiendan esto: que haya muchos políticos que son una basura, unos corruptos, unos chantas o unos holgazanes, no quiere decir que la política sea una mierda. La necesitamos y necesitamos mejorarla día a día porque es la única forma de vivir mejor. La política no se mancha, señores.
En las antípodas están los que siempre, todo el tiempo, sin parar, quieren hablar de política. A veces se les va la mano. A veces se vuelven insoportables. No se puede polemizar la política todo el tiempo. Estén del lado que estén, entiendan que son más las veces que están de acuerdo que las que están en desacuerdo, aun cuando no se dan cuenta. Y por favor, traten de apuntar a desarrollar un criterio propio, formen sus opinones buscando informarse de varias maneras (¡una sola no alcanza!) y siempre piensen qué hay detrás de lo que dijo fulano, quién puede estar bancando a mengano, a qué intereses responde zutano y recién ahí reflexionen, para no opinar como zombies. Esto es aplicable a todos, los de izquierda, de derecha, y de centro también.
Porque a pesar de los esfuerzos de unos cuantos de hacernos creer que las ideologías no existen más, que la derecha y la izquierda son lo mismo, que ya se produjo la muerte de las ideologías, ellas existen y forman parte de nosotros como la sangre. Aunque nos hagamos los boludos y digamos alegremente que somos apolíticos.
Y la oficina, le pese a quien le pese, es un escenario plagado de chicos, medianos y grandes actos políticos. Desde las decisiones que se toman en el directorio de Clarín, hasta las políticas de salud que se deciden en un Ministerio, pasando por la política de dividendos que se lleve a cabo desde un holding extranjero, o las charlas matinales sobre la "inseguridad", "el uso de las reservas" o la imagen de un candidato. Todos son actos políticos, y ya es hora de que empecemos a tomar conciencia, no sólo de que esto es así, sino también de que dichos actos condicionan en mayor o menor medida nuestras pequeñas vidas.
Y tomar conciencia tiene que llevarnos, indefectiblemente, a involucrarnos. Si no lo hacemos, estamos eternamente condenados a ser presa de los caprichos de los Grandes (grupos de poder, aparatos políticos, instituciones policiales del Estado y privadas, etc.). Simplemente por eso, por no ser escalvos concientes de Otros y de nuestra propia abulia. Para poder ser un poco más libres.
Pero más allá de las conceptualizaciones del tema, que son infinitas, me gustaría detenerme en los dos grandes grupos de personas que encontramos en nuestras jaulas laborales: los que se consideran "politizados", y los que se consideran "apolíticos".
Llama la atención que estos últimos suelen autodefinirse como tales y, en general, lo hacen orgullosos y atajándose para que no les pregunten nada, o para dar un marco "aséptico" (porque la política es infecciosa) a alguna opinión -generalmente sin fundamentos- relacionada con la actualidad. Me molestan. Me molesta antes que nada su ignorancia. Su falta de conciencia de lo mencionado en el primer párrafo, pero sobre todas las cosas, su estrechez para incorporar nuevos conceptos, para cambiar de opinión, para abrirse a la idea de que aunque se definan de esa manera, ellos no son apolíticos. Por más que quieran, no pueden. Decir que son apolíticos ya es un acto político, si no les gusta ningún político, o partido, o no se identifican con ninguna ideología o dogma, ya están llevando a cabo un acto político. Decir que son apolíticos es lo mismo que decir que son "aseresvivos". Si lo dicen para evitar polémicas, ese acto de cobradía (o desinterés) también es un acto político. Y por último, si lo dicen porque es lo que heredaron de la puta dictadura militar, crezcan de una buena vez, ¡independícense, carajo! Entiendan esto: que haya muchos políticos que son una basura, unos corruptos, unos chantas o unos holgazanes, no quiere decir que la política sea una mierda. La necesitamos y necesitamos mejorarla día a día porque es la única forma de vivir mejor. La política no se mancha, señores.
En las antípodas están los que siempre, todo el tiempo, sin parar, quieren hablar de política. A veces se les va la mano. A veces se vuelven insoportables. No se puede polemizar la política todo el tiempo. Estén del lado que estén, entiendan que son más las veces que están de acuerdo que las que están en desacuerdo, aun cuando no se dan cuenta. Y por favor, traten de apuntar a desarrollar un criterio propio, formen sus opinones buscando informarse de varias maneras (¡una sola no alcanza!) y siempre piensen qué hay detrás de lo que dijo fulano, quién puede estar bancando a mengano, a qué intereses responde zutano y recién ahí reflexionen, para no opinar como zombies. Esto es aplicable a todos, los de izquierda, de derecha, y de centro también.
Porque a pesar de los esfuerzos de unos cuantos de hacernos creer que las ideologías no existen más, que la derecha y la izquierda son lo mismo, que ya se produjo la muerte de las ideologías, ellas existen y forman parte de nosotros como la sangre. Aunque nos hagamos los boludos y digamos alegremente que somos apolíticos.
ME MOLESTAN LOS APOLITICOS.
ResponderEliminarMe molesta que no lean el diario, que quieran evitar las discusiones, que banalicen el debate de cuestiones importantes, que se crean fuera o sobre todo esto, que no sepan ni el preámbulo de la constitución y a la vez se quejen de las carteras K, la inflación y la inseguridad en el country.
Cierto que la dictadura nos convirtió en una sociedad fragmentada (recomiendo lectura de "Poder y Desaparición" de Pilar Calveiro sobre el efecto concentracionario en la sociedad).
A veces me da la sensación de que todo el mundo quiere ser "buena onda" y que tomar posición o discutir algunas cosas develaría que no son tan cool ni tan progre y por eso lo evitan.
Saludos arianos y discutidores, hasta la prox.
La anorexia mental abunda. Quien se proclama apolitico se piensa virtuoso. Lejos de la mugre en la que prosperan los Carlos Saul I, Cabezones, productores de autos ninguneados y Ks. La verdad es que si bien la mugre da asco, presentarse como apolitico no garantiza no tener el culo sucio. Señores, ¿quien tiene el culo limpio en esta bendita nacion? -Ud? -¿en serio? A ver, muestreme su declaracion de ganancias, y su lista de infraciones de transito? mmmmh, ya me parecia...
ResponderEliminarBuen post.
ResponderEliminarHay una pared pintada en la esquina de mi casa con la imagen del Indio y el siguiente texto:
"Lo único posible para entender es participar".
Tal vez la dicotomía de la que hablás pueda llegar a reducirse a eso: la de quienes quieren entender y quienes no, quienes sólo quieren sólo pasar de largo por la vida.
Muy buen post! Yo defiendo exactamente la misma posición.
ResponderEliminarYa lo dice el texto bíblico: "A los tibios los vomitaré" y eso es lo que se merecen los que siempre pretenden estar al márgen.
Son los que usan millones de frases hechas más:
Soy apolìtico
Yo soy de centro (????)
El otro por lo menos robaba pero hacía... pura mierda (con perdón de la palabra)
La única manera de salir es participando y comprometiéndose.
Cómo alguna vez comenté en algún post anterior: Haciendo cada día al menos un gesto que nos acerque al mundo en el que queremos vivir.
Y no es difícil.
El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo, decía Arlt.
Amigo oficinista y a todos los que postean aquí, los invito a sumarse a los foros del grupo SOMOS ARGENTINOS...QUIENES SOMOS? en Facebook.
A veces entre todas las ideas aparece una luz.
Por que està permitido que te caigas, pero no que te quedes en el piso.
Por que hay que participar porque sino mañana tus hijos te van a preguntar que estabas haciendo... y no vas a saber que contestarle
Un abrazo a todos y que estén siempre bien!
Gracias a todos por los comentarios, como siempre.
ResponderEliminarQuier aclarar lo siguiente: cuando hablaba de involucrarse, no me refería a una militancia activa, a ir a las marchas con banderas o dedicar tiempo y recursos propios para apoyar una idea o partido. No necesariamente. Me refería, más que nada, a involucrarnos por lo menos desde lo discursivo, desde el debate, el intercambio verbal con otros, que muchas veces puee resultar enormemente enriquecedor.
La palabra y lo simbólico, tan vituperiados y menospreciados, son la puerta de entrada a los cambios.
Hablemos. Debatamos. Amén.
Hoy en día ser "apolítico" en un país como Venezuela se ha convertido en una hazaña prodigiosa, incluso digna de ser admirada. Es imposible ser tan apático y carente de opinión ante el show mediático en el que vivimos a diario. Y hablo del show mediático de todos los colores. Muy bueno tu artículo... pasaré por aquí de vez en cuando.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo oficinista.
ResponderEliminarLo que quise decir en mi post es que uno se debe comprometer en consecuencia con sus ideas y sus palabras. Eso es militancia.
Lo otro hoy día puede sera comparsa, espejitos de colores y fuegos artificiales.
El verdadero compromiso es hacer cada día un gesto que cambie algo que nos molesta, para bien.
De a poco se consiguen los cambios.