viernes, 15 de mayo de 2009

Sobre los manuales de RRHH y la Heladera

Me pregunto si hoy Recursos Humanos tendrá en alguno de sus casi siempre inútiles manuales oficinescos, algún capítulo que hable de la vuelta en contra del objetivo de una medida tomada para el bienestar de los usuarios. Me refiero a cosas concretas (heladera en la oficina, máquina de café, etc.) y también abstractas -verbigracia, los cursos de capacitación o las jorandas de retiro en un campo ubicado a 140 km. de la ciudad que creemos el paraíso y terminan siendo una gran bazofia- que son implementadas para contentar un poco al personal pero terminan siendo contraproducentes.
Me lo pregunto porque en los tiempos pre-interneicos trataba de matar el aburrimiento leyendo algunos pasajes de esos manuales (N. de R.: matar el aburrimiento con más aburrimiento, es como multiplicar "menos por menos", pensaba) y encontré párrafos deliciosamente ridículos, en particular los referidos a las relaciones ínitmas entre empleados de la firma. Pero respuestas a mi pregunta incial, ni una.
Con respecto a esta cuestión, es realmente increíble que una empresa intente encarrilar por escrito y a tono de ley los sentimientos de sus siervos-empleados. Más increíble aún, es que la legislación los respalde en esta aspiración granhermanesca, y todavía más ridículamente increíble, es que mucha (demasiada) gente piense que piensa que está bien, que la empresa tiene derecho a hacerlo.
Pero no me quiero desviar del tema principal de esta entrada: la heladera. Las oficinas que cuentan con una cocina, kitchenette u office, tienen un potencial foco de conflicto latente y explosivo. En esta oficina en particular estamos atravesando una época especialmente conflictiva, no sé si tendrá que ver con el clima, la posición de los astros, la crisis financiera o el aleteo de una mariposa en Hong Kong, pero en los últimos diez días registré cuatro peleas encarnizadas por el uso abusivo, excesivo y confiscatorio de la heladera.

Caso 1: Nelly dejó en el refrigerador cuatro vasos con tapa llenos de leche materna para su hijo de tres meses, que obtiene con el sacaleche en sus ratos libres. Cuando Mario los vio armó un escándalo mayúsculo, incluyendo falsas arcadas. No voy a justificar a Nelly, pero si la leche hubiera sido de Lucila o de Adela, otra sería la historia...

Caso 2: Gonzalo se comió un yogur de Mariano. Inmediatamente tuvo que bajar a conseguir un reemplazo, bajo amenaza de ser castigado físicamente.

Caso 3: Otra vez Nelly, que me parece que estaba esperando su oportunidad de revancha. Mario dejó mal cerrada la puerta de la heladera y se armó una pelea con efecto bola de nieve que terminó con la misma Nelly llorando y Mario con el traje de villano, que ya es como un tatuaje de cuerpo entero.

Caso 4: a Jorge se le olvidó medio sándwich de atún escondido en un rincón y se pudrió. El lunes, al abrir la heladera temprano a la mañana y en ayunas, Adela se encontró con un olor fétido insoportable que sacó lo peor de ella el día entero. Jorge fue penalizado con la humillación pública y no recibió un sólo mensaje desde recepción durante tres días.

Los ánimos están caldeados y el común denominador de los últimos conflictos es la heladera. Hablar no sirve. Los carteles en la puerta no dan resultado. Las advertencias vía memo son inútiles. La mediación de los directivos es nula (y está bien que así sea). ¿Qué dice RRHH? ¿Encontraré en algún pasaje de su biblia del comportamiento corporativo las recomendaciones y penalidades por el uso y abuso de la heladera? ¿Es ridículo? ¿Es más ridículo que decirme qué tengo que hacer si me enamoro de una compañera?

6 comentarios:

  1. otros conflictos posibles
    . A se come el almuerzo de B y alega "pero el tupper era igual"
    obviando claramente que la comida NO era lo que trajo...
    . A compra una botella de gaseosa grande para todo el dia y B,C,D,E y el resto del abecedario hace uso de su contenido alegando "si te sobraba" sacudiendo la botella vacia en la primer hora de trabajo...
    . en verano, los cubitos! y relacionado, el espacio en el congelador para poner las botellitas a enfriar.


    muy buen blog =)

    ResponderEliminar
  2. Opinión por experiencia sobre ambos temas:

    - La heladera es un gran acierto en una empresa con dimensiones de personal de PyME para abajo. Máximo 20 personas diría yo. Me tocaron épocas de compartir oficinas con mucha mas gente de otras empresas del mismo dueno (muchos de ellos desconocidos o recién llegados) y ahí era un caos, sucedían cosas mucho peores que las que relatás.

    - La empresa de ninguna manera debe meterse en la vida amorosa de sus empleados y dictar normas que impidan las relaciones entre los mismos. Estos últimos debieran darse cuenta solos gracias a su inteligencia del tremendo lío en el que se están metiendo :P

    ResponderEliminar
  3. Se quejan de llenos! La mayoría de las oficinas NO tienen heladera. Y eso si que es un problema.
    Donde estoy ahora, en el ESTADO, hay una heladera de esas pequeñitas, y un microondas, para 150 PERSONAS. Imaginen que a la vez que colabora con la economía del personal, es un foco infeccioso que destruye la salud de la gente.
    Pero es lo que hay...

    ResponderEliminar
  4. A mi sin ir mas lejos la semana pasada me comieron un danete, no les puedo explicar la indignación, pero dado que somos mas de doscientas personas, solo me indigne y me compre otro jajajaja.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Lo que pasa es que hay algunos métodos y recursos explicativos foráneos que tanto marketing como Recursos Humanos (odio llamarlos RRHH) no se adapta a nuestra idiosincracia..es un vicio de algunas empresas o de algunos autores de esos libros que a veces se tornan insoportables...
    abrazo
    Gus

    ResponderEliminar
  6. UFfff, yo también trabajo en el estado, y no solo me comieron el danette, TAMBIÉN ME ROBARON LA ESPONJA PARA LAVAR LOS PLATOS! RATAS!
    La educación viene de la casa, los memos no sirven de nada.

    ResponderEliminar

Compartí tu punto de vista:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.