Hoy vine alunado y anarquista.
Trabajar en una empresa de "capitales extranjeros" me genera sobrepeso de cargo de conciencia. Al cotidiano planteo de hacer algo que no me gusta y que no beneficia en lo más mínimo a la humanidad (o que no ayuda a vivir en un mundo mejor) se le suma el espantoso resultado de la política de dividendos asumida por la casa matriz anglosajona que me paga el sueldo y que yo contribuyo a alimentar día tras día.
Se trata del plato principal de la cocina de estos tipos.
Me llevó unos años darme cuenta de la receta, pero finalmente la encontré y se las paso para que vean qué ingeniosos son a la hora de amasar (fortunas)
Frutos de ultramar con puré de países pobres.
(cantidad de comensales: una Asamblea de Accionistas)
Ingredientes:
- Países pobres con gobiernos neoliberales: 1
- Trabajadores calificados y ambiciosos: 4 a 6
- Paraíso Fiscal : 1
- Trabajadores calificados no ambiciosos: 20
- Trabajadores no calificados: 2
- Oficinas lujosas: 1
- Política de dividendos confiscatoria: 1
- un par de guantes blancos
- Una pizca de Capital Social
Preparación:
Antes de comenzar a preparar el plato, debe educarse a los trabajadores calificados a través de carreras universitarias basadas en mentiras disfrazadas de verdad científica. Es muy importante que los educandos se convenzan de dichos contenidos para garantizar el éxito del menú entre los comensales.
1) Fundar una sociedad anónima cuyo objeto social se relacione con el mercado financiero con una pequeña inversión a modo de capital social, y establecerla en una lujosa oficina en el microcentro porteño.
2) Seleccionar minuciosamente el personal, para no pasarse con el nivel de ambición, ni quedarse corto. Respetar las proporciones mencionadas según el tamaño de la empresa que se funda en el paso 1.
3) Aprovechar las ventajas de la legislación y el débil control de cualquier país pobre, y mezclar ambos ingredientes con el gobierno neoliberal facilitador del negocio durante unos años, hasta que el quebranto inicial se evapore. Notará que el número de la última línea del balance cambia de signo.
4) Colar los beneficios al personal que sean necesarios para eliminarlos paulatinamente de la mezcla. Sazonar con permisión de gastos ridículos a gerentes y directores. Pueden utilizarse rodados Audi, Mercedes Benz, Jaguar o BMW, como así también almuerzos diarios en restaurantes de Puerto Madero, con o sin clientes.
5) Separar en un bol mediano una suma suficiente para el pago de comisiones especiales eventuales. En el supermercado del barrio las encontrará con el nombre de "coimas".
6) Verter las siderales ganancias obtenidas año tras año en las arcas de una subsidiaria de la casa matriz ubicada en un paraíso fiscal, sin que se escape el contenido para evitar el molesto pago de impuestos, que una vez que se produce no puede eliminarse de la mezcla. Esta parte de la preparación es la más importante y puede durar muchos años.
7) Prestar mucha atención a la temperatura de la economía local (sobre todo el tipo de cambio), dado que una devaluación podría achicar la cantidad de dólares a girar al paraíso fiscal y de esta manera se reduciría el tamaño de las porciones para los comensales. En dicho caso, tramitar un giro de dividendos anticipado, que puede procesar gracias a lo mencionado en el paso 3.
8) Salpimentar a gusto y saborear con guantes blancos.
Servir tibio, acompañado por un buen vino.
Buenas... Impresionante la receta!!!!
ResponderEliminarDemoledor el post. Sobre todo por ser asi de realista.
ResponderEliminarYo le podria complementar con la receta para un negocio que no puede fallar.
-Implemente un sistema con atraso cambiario en un pais del 3° mundo
-Instale una compañia de servicios publicos monopolica y tarifas descomunales
-Gire las utilidades a la filial internacional.
-Deposite las utilidades en un banco de la nacion de origen.
-Compre bonos, a tasas usureras al pais del tercer mundo, para que este pueda seguir manteniendo el tipo de cambio.
Repita cuantas veces sea necesario, preste atencion antes de que llegue el default.
Podríamos armar un libro de cocina, que se llame "Recetas deprimentes para cocinar llorando"... Dios, me puse mal...
ResponderEliminarLo que más me jode no es que se lleven la guita de acá para allá, sino que después deporten ilegales.
ResponderEliminarSi hay libre movilidad de capitales, ¿por qué no de personas?
Por las dudas, aclaro que todo esto arrancó en 1994.
ResponderEliminarNono! aca donde laburo tienen esa receta, pero los que la probamos, aunque no nos hayan dado detalles de la preparacion, sabemos que eso tiene un gusto a mierda terrible.
ResponderEliminartendra un gusto a mierda terrible, pero seguimos colaborando a cocinar esa receta... o acaso nos gusta comer mierda?
ResponderEliminarCierto es que no, no nos gusta comer mierda.
ResponderEliminarPero dar de comer mierda es mucho más feo todavía.
Y tener gobiernos que compran mierda para alimentar a su pueblo, es mucho, mucho peor aun.
Oh, por Dios.
ResponderEliminarSu escrito es demasiado bueno.
La automoral suele jugarnos malas pasadas a veces...
Os dejo un abrazo.
Yo soy chiquito para entender de recetas, todavia estoy tomando teta de mi mamá.
ResponderEliminarlo unico que puedo decir es la cancion que me canta mi papá todos los días
NO YANQUIS NI MARXISTAS
PE RO NIS TAS
Uhhh si nos ponemos a pensar
ResponderEliminarbuena reflexión eh!!
abrazo!
Gus
La perspectiva gastronómica hace más digerible algo que de tan indigesto e insoportable, hace 40 años, llevó a muchos jovenes a buscar otro camino, aunque el recorrido terminara abruptamente.
ResponderEliminarEl libro en el que podrían encontrarse estas recetas se podría llamar "Las recetas abiertas de América Latina" ¿no?
Abrazo preonomástico
GENIO!!!!!!!!!!!!!!!! NONO...
ResponderEliminarLalo
Y el postre cuál es???
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