Lucila blanqueó su desgracia sin titubeos, sin rodeos, sin vergüenza. El juicio se inició en tiempo récord dejando el saldo de un condenado a 15 años de prisión efectiva, otro a 9 años, y una multa económica para los dueños de la disco. Bruno, el ahora ex novio de Lucila, saldría del penal de Marcos Paz en 2011, con suerte y buena conducta mediante.
Mariano fue oreja, hombro y pañuelo. Escuchó, consoló y aconsejó a Lucila en todo lo que estaba a su alcance. La amistad se hizo fuerte y esa fue una época en la que los sentimientos tiernos de Mariano crecían a medida que menguaba la atracción inicial que sentía por ella...aunque nunca del todo.
Para ese entonces, Mariano llevaba seis meses de romance con Alexia. Se veían todos los días y ya planeaban irse a vivir juntos. Un viernes ella vino a la oficina a buscarlo y lo esperó en la recepción unos diez minutos, suficientes para que se arme el típico revuelo testosterónico que provoca cualquier presencia femenina ignota. Cuando se supo quién era esa chica, una lluvia de elogios y envidias cayó sobre Mariano. Pocos lo imaginaban capaz de conquistar una belleza semejante.
El lunes a la mañana quedaron a solas en la cocina y Lucila le reprochó el no haberle contado nada de su relación. Le dijo que le parecía injusto que ella abría su corazón sin miramientos mientras él casi no revelaba detalles de su vida privada. Mariano intentó minimizar el asunto pero cada vez que ponía un paño frío al encono infantil de Lucila, era peor. Como si tratara de apagar un incendio con nafta super. El enojo de ella fue creciendo a medida que pasaban las horas y al final del día Mariano se acercó para preguntarle si se le había pasado.
- No, y no se me va a pasar mágicamente. Yo confié en vos...
- Pero yo también, Lu. Si no te conté nada es porque no hubo lugar...
- ¿Perdón? ¿Me estás echando en cara que hablamos siempre de mi?
- ¡No! ¡No te echo nada en cara! Pero la verdad es que no se dio, qué sé yo, disculpame.
- Me siento una estúpida.
- Bueno, todos nos enojamos por boludeces alguna vez...
- ¿Boludez? ¿Te parece una boludez? ¿Sabés qué? Dejémoslo acá, porque cada vez que me decís algo la embarrás más. Y ya estoy bastante enojada. Seguí tu camino, yo me tengo que ir. Suerte.
Estuvieron dos meses sin hablarse, y si bien Mariano se sentía muy incómodo con la situación, sabía que con el tiempo se solucionaría. Lucila, mientras tanto, sufría en silencio por ser tan inflexible y, por sobre todas las cosas, por sentirse tan desdichada. Su proyecto se había desmoronado pocos meses antes y su corazón empezaba a gritarle que otra persona lo hacía latir con más fuerza. Pero esa persona, que antes parecía interesada en ella, tenía su propio proyecto. Y no la incluía.
Mariano fue oreja, hombro y pañuelo. Escuchó, consoló y aconsejó a Lucila en todo lo que estaba a su alcance. La amistad se hizo fuerte y esa fue una época en la que los sentimientos tiernos de Mariano crecían a medida que menguaba la atracción inicial que sentía por ella...aunque nunca del todo.
Para ese entonces, Mariano llevaba seis meses de romance con Alexia. Se veían todos los días y ya planeaban irse a vivir juntos. Un viernes ella vino a la oficina a buscarlo y lo esperó en la recepción unos diez minutos, suficientes para que se arme el típico revuelo testosterónico que provoca cualquier presencia femenina ignota. Cuando se supo quién era esa chica, una lluvia de elogios y envidias cayó sobre Mariano. Pocos lo imaginaban capaz de conquistar una belleza semejante.
El lunes a la mañana quedaron a solas en la cocina y Lucila le reprochó el no haberle contado nada de su relación. Le dijo que le parecía injusto que ella abría su corazón sin miramientos mientras él casi no revelaba detalles de su vida privada. Mariano intentó minimizar el asunto pero cada vez que ponía un paño frío al encono infantil de Lucila, era peor. Como si tratara de apagar un incendio con nafta super. El enojo de ella fue creciendo a medida que pasaban las horas y al final del día Mariano se acercó para preguntarle si se le había pasado.
- No, y no se me va a pasar mágicamente. Yo confié en vos...
- Pero yo también, Lu. Si no te conté nada es porque no hubo lugar...
- ¿Perdón? ¿Me estás echando en cara que hablamos siempre de mi?
- ¡No! ¡No te echo nada en cara! Pero la verdad es que no se dio, qué sé yo, disculpame.
- Me siento una estúpida.
- Bueno, todos nos enojamos por boludeces alguna vez...
- ¿Boludez? ¿Te parece una boludez? ¿Sabés qué? Dejémoslo acá, porque cada vez que me decís algo la embarrás más. Y ya estoy bastante enojada. Seguí tu camino, yo me tengo que ir. Suerte.
Estuvieron dos meses sin hablarse, y si bien Mariano se sentía muy incómodo con la situación, sabía que con el tiempo se solucionaría. Lucila, mientras tanto, sufría en silencio por ser tan inflexible y, por sobre todas las cosas, por sentirse tan desdichada. Su proyecto se había desmoronado pocos meses antes y su corazón empezaba a gritarle que otra persona lo hacía latir con más fuerza. Pero esa persona, que antes parecía interesada en ella, tenía su propio proyecto. Y no la incluía.
Jeee, biennnnn! Que bueno se pone esto!!!
ResponderEliminarEsto no lo sacaste de algún culebrón mexicano???
ResponderEliminarAh, fijate porque con solo hacer clichsobre la página del blog, se abre una ventana emergente de "GAmeloft".
No se si es a propósito o se te metió "código malicioso" en el template...
Wow!
ResponderEliminarEsto se puso deliciooooso..!
:D
De estas me gustan a mi...
Super!
Abrazo!
por favor, queremos que estas entradas de mariano y lucila vengan mas seguido, muy atrapante. igual pense que el final feliz se acercaba.
ResponderEliminarte pido y recomiendo una entrada acerca de los after office, y sobre todo acerca del bajon de ponerte en pedo en uno y llegar después a la oficina con la incertidumbre de que no te acordas de lo que hiciste con tus compañeras de trabajo. no se si le habrá pasado oficinista, pero a mi me pasa seguido
Gracias por tan lindos comentarios, a todos.
ResponderEliminarBrothers: muy bueno el último set de Aphann (recomiendo bajar los sets de este DJ!).
Juan Angel: Alexia podría haber sido tu soul-mate. Quizás hoy la encuentres en algún evento Nicetero, y esté soltera. Quién te dice...
L!: voy a tratar de sacarlo, pero la verdad es que no sé ni por dónde empezar...
Con respecto a la novela, es posible que algo de "El derecho de Nacer" y "Rosa salvaje" haya quedado en mi arcón de los recuerdos y me ayude a escribir la historia de la forma en que lo hago. De todos modos me interesaría saber la opinión de algún/a lector/a de México, que hay muchos.
Nahue: el After va a tener I, II, III...Hay tanta tela para cortar...Veo que Usted no la pasa nada mal en los suyos. Disfrute la amnesia del día siguiente. Impunidad garantizada.