martes, 22 de diciembre de 2009

20 mujeres para Javier (VIII): Fantasía telepática o telepatía fantástica.

El sábado celebramos la "Fiesta de fin de año" en la casa de Adela, sin parejas, sin jefes y sin parejas de jefes, con la mencionada excepción de Silvana, que no es pareja pero puede oficiar de tal cuando lo considere necesario y por ella nos cuidamos bastante de hacer comentarios "inapropiados" (disculpen la compulsión al entrecomillado).
La reunión fue entretenida, reconozco con gusto que a pesar de sentirme tan diferente a la mayoría de mis compañeros rasos, cuando generamos este tipo de encuentros puede salir algo interesante. Nelly se puso en pedo por primera vez en su vida, novedad confesada a fuerza etílica. Se tomó un mojito y un tequila sunrise y a las 23:45 hs. se la llevó su marido -que vino especialmente de Ranelagh a buscarla- en un estado lamentable, no diría vegetativo pero sí cercano a un hongo. Todavía no pudo terminar de recuperarse y se siente un poco avergonzada por el vomitito sobre un helecho de Adela.
Lucila no vino, Cristina sorprendió con una minifalda, Mario le tiró los perros y Mariano se fue temprano. Pero el que dio la nota fue Javier.

A eso de las once de la noche le sonó el celular cuando me estaba terminando de contar su último encuentro con Vivi (que sería el último para siempre, según él) y un rato antes me había puesto al día con el tema Carolina.

Desde la apertura cuasi-involuntaria del botiquín de Vivi y el encuentro con las feromonas, su interés por ella fue disminuyendo gradualmente, el carmesí fue tornándose rosa viejo y decidió que de alguna manera pondría fin a la relación y eso ocurriría a la brevedad.
Un día fue a la casa y una vez en la casa, al baño. Se puso a buscar el frasco de feromonas en el botiquín y no lo encontró. Volvió a revolver entre los distintos frasquitos, cajitas y cositas, pero no estaba. Contrariado, cerró la puerta espejada recordando que cuando el lo vió, pocas semanas atrás, se encontraba casi lleno. Cuando la puerta del botiquín se cerró del todo, vio por encima de su hombro la cara agrietada de Vivi reflejada en el espejo, que lo miraba con las cejas en ve -corta invertida, pero sin expresión de sorpresa en su rostro.
- ¿Por qué me revisás el botiquín? - le preguntó carraspeante y se aclaró la garganta.
Javier lanzó un suspiro largo y decidió contarle una parte de la verdad, le explicó que por un arranque inexplicable una vez lo abrió y encontró un frasco extraño, y quería ver si seguía allí para entender de qué se trataba. Vivi se limitó a decirle que no lo usaba más, que lo había tirado hacía semanas. Javo se disculpó por la grosería de revisar sus cosas íntimas y luego minimizó el asunto, hasta hizo un par de chistes para olvidar el tema rápidamente. Al rato estaban haciendo el amor por última vez, a Javier le costó tanto conseguir la erección y mantenerla para ponerse el condón que se puso a pensar en una modelo mediática que le gusta desde hace años y suele invocarla en situaciones de emergencia.
Cuando se fue, antes de pensar el método a emplear para terminar una relación de tan poco tiempo, se preguntó si su desinterés podría llegar a estar relacionado con el hecho de que Vivi había dejado de usar las feromonas. O si, por el contrario, el uso o desuso del spray hormonal nada determinaba, y las causas de su abulia radicaban en su creencia de que ella lo utilizó para seducirlo, fuera verdad o no. Si no hubiera abierto la puertita del botiquín, ¿seguiría con ella? ¿si ella siguiera usando el spray, podría dejarla? Ucronías de lado, tomó la decisión de no verla más.

Con Carolina le pasa algo aún peor. Ayer, preso de su amor inalcanzable. Hoy, rehén de su propia compasión por ella.
De la diosa olímpica de su adolescencia no quedó nada. Su belleza, su brillo superpotente, su presencia radiante, fueron arrasados primero por la maternidad, y luego por la separación tortuosa con su ex marido. Javier sirve más de oído para una mujer golpeada por la vida que de amante. Durante los primeros encuentros ella no hizo mucho más que contarle mes a mes los últimos once años de su vía crucis. Mecharon con un encuentro sexual pobre y continuó la perorata. Al día de hoy, se ven una vez por semana, ella lo espera con ansias y prepara su casa lo más eróticamente posible para pasar un buen rato, que a los cincuenta minutos, a más tardar, da lugar a más charla de diván. La última vez él se quedó dormido, pero ella no se enojó. Javier me terminó de contar esta historia y no parecía estar muy seguro de qué camino va a seguir.

Cuando sonó su móvil se le dibujó una sonrisa que trataba de disimular lo mejor posible. Se apartó, me dejó hablando solo y vino a los dos minutos.
Me contó a las corridas que el viernes fue, invitado por su primo productor de TV, a una fiesta muy farandulera en una quinta en el Norte del GBA. Estaba repleta de actores, actrices, cantantes, conductores y modelos. Entre ellas, brillaba la que imaginariamente se había acostado con él y con Vivi. Sin nada que perder, se le acercó...

- ...y bueno...me está esperando en Olsen. El lunes te cuento. Chau. - Me volvió a dejar hablando solo y repleto de preguntas.

4 comentarios:

  1. POR FAVOR QUIEN ESSSSS ?!?!? ESPERO QUE ALGUNA VEZ SE DEVELE EL MISTERIO MISTERIOSO...

    Saludos para todos y buen finde.

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  2. AHHH como a vos te dejo hablando solo, a nosotros nos haces lo mismo cortandonos la historia en la mejor parte no???
    Que el próximo capítulo sea rápido por favor!!!

    Saludos a todos y feliz navidad....

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  3. Deci el nombre de la mina oficinista...no nos dejes asi!!!

    Soy el único boludo que labura el 24?? Que depresión...


    Felicidades!

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  4. No Jonas, no fuiste el único boludo, yo tambien labure hasta las 15hs, microcentro estaba desierto!!!!

    Besos

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