jueves, 8 de octubre de 2009

Mariano y Lucila (VII)

Tres meses después, Alexia expuso sus cuadros en una galería de arte en Belgrano R. Mariano recorría en soledad las obras con una copa de vino tinto Sangiovese en la mano, mientras Alexia saludaba, charlaba y volvía a saludar a las decenas de invitados que ingresaban a la galería a borbotones. Era sorprendente el poder de convocatoria de su chica, en cantidad y calidad. Muchos famosos del ambiente artístico, algunos famosos de la TV y la radio y otros personajes de la pseudofarándula, con looks posmodernos variados entre trajes a rayas, borceguíes de charol y maquillajes multicolor. Muchas risas divertidas, muchos "no-te-puedo-creer", muchos "re-divertido". Pero Mariano se estaba aburriendo.
Aprovechó para observar a Alexia a la distancia. Era hermosa. Así, entre la multitud emparejadamente diferente al mundo normal, resaltaba brillando con luz propia. Recorrió su vida amorosa y llegó a la rápida conclusión de que nunca había estado con una mujer así. La veía hablar con los demás y sentía que, armada de una sencillez indudable, estaba por encima de todos. Incluso de él. Ella era muy dulce, le cocinaba seguido, siempre estaba dispuesta a hacer el amor, lo escuchaba, lo mimaba y se divertían, pero la sensación de superioridad estaba ahí, latente. Una sensación imposible de respaldar con hechos, pero difícil de ignorar por él. Cuando estaban con gente ella era el centro de atención, hablaba mucho, decía cosas interesantes y eclipsaba cualquier intento de robo de protagonismo de la manera más natural del mundo. Su destino era ser una supernova.
Alexia hablaba con un pelado hiperlookeado, una rubia platinada de más de cincuenta con lentes oscuros que tenía cara conocida, y un gordo de traje, allá a lo lejos. En medio de la conversación cruzó su mirada con la de Mariano y le guiñó el ojo, pero siguió el curso del diálogo sin hacerle un gesto para que se acercara. Él pensó en irse temprano, se sentía incómodo con sólo imaginarse continuando la noche ahí, en un planeta tan distinto al suyo y tan herméticamente elitista. Le diría que no se sentía muy bien y que tenía que levantarse muy temprano al día siguiente para ir a la oficina, que la esperaría en casa.
Terminó de configurar la idea y una enorme alegría inundó su estado de ánimo porque por arte de magia apareció Lucila, que estaba increíblemente hermosa y lo divisó de inmediato, regalándole una sonrisa llena de sol. Pero atrás de ella entró el Senior A. Seguía con él desde aquella noche en Henry Beans sin llegar a concretar una relación seria, viéndose a lo sumo una vez por semana. Llegaron a la exposición a través de él, que conocía al merchant de Alexia. A los pocos minutos, Mariano y Lucila -tácitamente felices por la casualidad- se descostillaban de la risa y no paraban de hablar un segundo, mientras el Senior A recorría los cuadros y Alexia seguía inmersa en conversaciones cool con periodistas y críticos del rubro.
Media hora después, el Senior se fue y Lucila se quedó. Mariano la obligó a probar el Sangiovese y terminó sacándole la quinta copa de la mano para ahorrarle una resaca dolorosa. Justo a tiempo. Sin embargo, Lucila ya patinaba las y griegas. Suspiró largamente, lo miró a Mariano a los ojos y le dijo:
- Tengo ganas de ir a la cama.
- Me imagino, son las once y media, yo también tengo sueño. Te llevo a tu casa.
Se acercó a Alexia y le dijo en el oído que la esperaba en casa. Ella atinó a retenerlo, pero no demasiado.
Mariano y Lucila tomaron sus abrigos y se fueron juntos hacia la casa de ella, que quedaba a unas veinte cuadras, dejando atrás una hermosa melodía ambiental de Morcheeba.




5 comentarios:

  1. ay, oficinista, con tu video sonando de fondo te escribo este comentario histéricamente preocupado por el destino de estos dos que se van así, tan inesperadamente juntos, al final del post. Hacenos un favor, yo sé que estás muy ocupado aburriéndote un montón, pero no tardes mucho en continuar esta interesante historia. =)

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  2. No nos hagas esto oficinista, por favor!!! no podes dejarnos asi sin saber que pasó cuando se fueron juntos... esperar hasta el prox mes para saber como continua es una tortura... :P

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  3. Jejeje que grande el Oficinista perverso ya jugando con el suspenso y la ansiedad de la gente.

    Me gustó el detalle del sangiovese. No es menor. Suelen ser vinos mas suaves, y que en gral. se los puede tomar un poco mas refrescados que cualquier otro tinto mas corpulento. O sea, ideal para un aperitivo o tragos al pasar en un evento como ese. Bien ahí.

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  4. Gracias por los comentarios.

    Voy a hacer lo posible por continuar la historia antes de fin de mes (así no se genera tanta ansiedad) e incluir una breve descripción de los personajes, que vengo dilantando por una cuestión de privacidad, pero sinceramente no creo que sea tan preciso como para que los reconozcan por la calle...así que la próxima entrada les cuento.

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  5. buenisimooo!!! que suspenso!! por favor que siga yaaa!!!
    no queremos esperar tanto!!
    y la descripcion de cada uno de los protagonistas???

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