viernes, 10 de julio de 2009

Mariano y Lucila (IV)

Ni armada especial y artificialmente esa noche podría haber sido tan perfecta: veintiún grados y sin registro de viento, algo raro en el boliche de la Costanera. Alrededor de las 4 A.M., las sinapsis neuronales de Mariano y Fede explotaban y liberaban toneladas de serotonina a la par del mainfloor, repleto de almas algodonadas que cerraban los ojos y se acariciaban la nuca mientras la voz espectral y remasterizada de Jayn Hanna susurraba Walking on fire.
En eso estaba Mariano, cuando sintió una mano tibia acariciando su pecho, revelado por el escote en v de su remera. Abrió los ojos y divisó, detrás de los vidrios de sus Ray Ban, a la chica más hermosa que vería esa noche. Ella, sin decir palabra, se acercó y besó los labios de Mariano. Pegaron sus cuerpos al del otro todo el resto de la madrugada, sin dejar de besarse. Cuando la música terminó, ella lo invitó a su casa. La naturalidad de los hechos le dieron a Mariano una tranquilidad inusitada. Saludó a su amigo y tomó de la mano a esa morocha de piel y ojos claros que apareció de la nada y que con cuatro horas de caricias acarameladas, sacudió la nada sentimental que hacía varios meses se había apoderado de su corazón. No podía ni quería dejar de mirarla, besarla y tocarla. Era hermosa.
Cuando llegaban a la puerta notaron movimientos raros, nerviosos. Un patovica pasó por al lado de ellos y Mariano llegó a escuchar que le decía a otro: "Se llevaron a Bruno". Un martillazo de realidad aplastó lo poco que quedaba del estado extasiado de Mariano. Bruno. Tenía que ser él. ¿Qué pasó?. En la puerta vio una infinidad de gendarmes, móviles, handies, sirenas y luces policiales. Un revuelo. Le pidió a Alexia (la morocha) que lo espere un segundo, quería ver qué estaba pasando. Una chica lloraba desconsoladamente en el asiento trasero de un patrullero, el maquillaje corrido embarraba su rostro. En otro móvil estaba esposado uno de los patovicas del boliche. Todo era tan extraño como intrigante. ¿Sería Bruno? ¿Sería el Bruno de Lucila?
Se encontró nuevamente con Fede, que estaba excitado por los acontecimientos.
- ¿Viste lo que pasó?- preguntó Fede.
- No, ¿vos escuchaste algo?
- Me acaba de contar Christian, el barman. - Fede lo conocía muy bien de un curso de teatro que hizo el año anterior en el Rojas.- Según parece, en la oficina que los dueños tienen arriba, los sábados se arman fiestas privadas. Meten varias chicas y los dueños, sus amigotes y algunos patovas arman tremendas fiestas. Dice que hoy se les dio vuelta una mina y la quedó.
-¿Qué? ¿Cómo que "la quedó"?
- ¡¡Se murió, boludo!! Se pasó de rosca y mientras le estaban dando se murió ahí mismo. No sé más detalles, pero no pudieron tapar nada porque la amiga llamó a la cana en seguida y por eso se armó este quilombo.
La cabeza de Mariano daba vueltas pero decidió no alterar sus planes por cuestiones que ya no tenían nada que ver con él. Fuera el Bruno de Lucila o no.
Pasó el día entero con Alexia. No comieron, durmieron poco y se dedicaron el mejor domingo de sus vidas.

El lunes Mariano llegó tarde y se enteró que Lucila no iría por un par de días, había llamado para avisar pero nadie sabía los motivos, excepto Richard. Y él, que a esa altura disipó las pocas dudas que le quedaban. Esa misma tarde la noticia recorrió los diarios y portales de internet. La muerte de la joven se produjo por una mezcla letal de cocaína, éxtasis, ketamina, alcohol y anfetaminas. Era la hija menor de un juez federal de la Nación. Uno de los mediáticos. Uno que se autoproclamaba como el paladín de la lucha contra el narcotráfico. Un Michael Douglas en Traffic. Por el hecho estaban detenidos e incomunicados uno de los dueños del lugar y dos personas más, presuntamente empleados e implicados en el hecho. Alguien iba a pagar por la muerte de esa chica.
Mariano sintió mucha pena. Pensó en Lucila y se le partió el alma. No quiso llamarla, no quería hacerle saber que estaba al tanto de todo. En cambio, marcó el número de Alexia, y al escuchar su voz, se sintió en paz nuevamente. Volverían a verse esa misma noche.


3 comentarios:

  1. Ah pero como se puso esto!!!

    Bien por Mariano, creo que hizo lo correcto. Ya debe estar sacando 2 entradas a CF para ir con Alexia :P

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  2. concuerdo con los hermanos neuroticos... lo mejor que pudo hacer Mariano, despues de todo a las mujeres eso de andar dando lastima mucho no les va, para eso estan los perros...

    vas a ver que cuando lo vea a Mariano con Alexia se va a empezar a interesar un poco mas en el (mas teniendo en cuenta que alexia es divina)

    ahora el tiene la pelota :)

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