Por algún razón del destino hoy fui el único hombre en toda la oficina, durante unos cuatro minutos. En ese lapso, como una ráfaga de viento que precede a las tormentas veraniegas, entró el Gerente de Ventas Regional, a quien le inventaron el cargo para no echarlo directamente cuando tuvo que resignar el puesto de Gerente General en manos de su amigo. Hizo un paneo veloz y al identificar mi presencia, me gritó desde la otra punta que me acerque.
- Vení, acompañame a tomar un café a la YPF y de paso te muestro una sorpresa.
En el ascensor comenzó un monólogo ininterrumpido y excitado.
-...Estoy como loco. Ayer fuimos al after de Town y me enfermé de calentura. No sabés qué lindo grupo armamos con los chicos del gym, son increíbles. La pasamos tan bien, hay tanta buena onda que varias veces se me acercaron otros para preguntarme si podían venir con nosotros a alguna cena de los jueves, y no es casual, es porque el grupo es sensacional. Yo soy el único casado con hijos, los demás son separados o solteros y hay un par sub 30, como les digo yo. Y la pasamos tan bien....Ayer volví a casa a las tres de la mañana. Adriana me quería matar, no sabés lo que me costó dibujarla. Lo que pasa es que es inevitable. Tengo 49 pirulos, ¿cuánto tiempo más creés que me queda de esta primavera? Mirá como estoy, superentrenado, voy al gym todos los días. Ni a los 20 estaba así. Y las chicas lo ven, lo notan, lo sienten. Ayer una se me acercó y me dijo "Me encantás". ¡¡Me encantás, boludo!!! ¡¡Ja!! Me volví loco, y encima cuando le dije que era el gerente de ventas de una financiera inglesa, la piba se puso peor, más cachonda. Porque era una piba, una nena. ¿Sabés cuántos años tenía? ¡¡Veintitrés!!!La piel tersa, suave...un caramelazo. ¿Me darías dos cafés? ¿Cuánto es? Quedate con el cambio. No sabés el culo que tenía...¡Me acuerdo y se me para de nuevo! Perdoná, es que estoy como loco. Nos besamos en los reservados y era como estar en primer año de la facultad, en esa época las hormonas me hervían a borbotones...bueno, ayer fue igual. Fuimos a un telo y no sabés lo que era la pendeja, una bestia. Yo le pedía que parara un poquito porque quería mirarla desnuda, la hice parar a dos metros para mirarla, nada más. Así, desnudita...¡era una cosa de locos! No sé qué pasó en estos treinta años, pero cuando yo era pendejo las minas no estaban tan buenas, y no eran tan putas, qué querés que te diga...Estoy como loco, perdoname. Y ojo, no es la primera, en estos últimos meses ya anduve con otras, pero eran de más de treinta. Lo de anoche fue tocar el cielo con las manos...Lo peor de todo es que llego a casa, y se me cae el cielo encima. La veo a Adriana y me quiero matar. Ella me lleva un año y parece mi vieja. Y no sólo por su aspecto, eh. Este último año casi no tuvimos sexo, cada vez que me acerco me saca cagando, siempre tiene una excusa, las dos o tres veces que lo hicimos fue porque ella tenía ganas. Yo sé que es la madre de mis hijos, que se preocupó por mi cuando tuve mis problemas de salud, que es mi gran compañera...pero yo no me quiero jubilar. Conozco muchos que se pusieron el pijama y se retiraron antes de los cincuenta. Pero yo no quiero. Vení, bajemos por acá que te quiero mostrar algo. Te decía que yo no me quiero jubilar, mirá como estoy. Impecable. Y las chicas lo notan, lo sienten, y me lo hacen saber todo el tiempo. ¿Por qué ellas me lo dicen y mi esposa no es capaz de insinuarlo nunca? Yo no sé si me voy a seguir bancando esto mucho tiempo más. Te juro que si no fuera por los chicos...pero Lorenzo es muy chico todavía, no terminó el colegio primario. Eso me frena, pero uuuuy, mirá mirá...mirá ese tarro, por el amor de Dios...¿Ves? ¿Cómo me voy a privar de estas cosas? Yo no sé cuánto tiempo más voy a vivir, después del patatús que me agarró el año pasado. Y en este estado, quién sabe cuánto me queda...Por eso...mirá el chiche que me compré:
Vos qué decís: ¿me agarró el viejazo?.
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